¡Vamos a cocinar un Zarangollo Huertano!

Hola, buenas noches a todos. Este mediodía cuando volví cansado del trabajo y vi liada a mi mujer en la cocina me dije…. es un buen momento para abrir una botella de vino y echar una mano con la comida.

Tenía por el frigo tres calabacines dando vueltas así que hoy me visto de huertano y voy a hacer un plato muy sencillo y muy típico de la huerta murciana. El Zarangollo. 

En realidad el zarangollo es un revuelto de calabacín y cebolla (algunas variantes menos puristas le añaden patata).

Manos a la Obra:

Ingredientes: tres calabacines, una cebolla grande, 4 huevos medianos, aceite de oliva y sal.

Pelamos el calabacín (para que salga mas colorido el zarangollo podemos pear el calabacín a tiras dejando parte sin pelar) y le hacemos dos cortes longitudinales en cruz de forma que al cortarlo en rodajas se haga 4 trozos cada rodaja.

Una vez cortado lo empezamos a sofreir en una sartén con aceite de oliva previamente calentado. Mientras el calabacín se está rehogando pelamos y lavamos la cebolla y la cortamos en dados pequeños. La cebolla se cocina más rápido que el calabacín y por eso la añadimos cuando el calabacín está ya en la sartén rehogándose. Salamos la fritura al gusto.

Tanto el calabacín como la cebolla son hortalizas con mucha agua por eso hasta que no se evapora el agua no empieza realmente a freirse. Si estamos removiendo frecuentemente la fritura no hay problema en que el fuego sea fuerte en esa primera fase. Con paciencia veremos que toda la mezcla se va deshaciendo y formando una especie de pasta dorada a medida que avanza la fritura. Debemos ir bajando la fuerza del fuego a medida que la fritura avance. Es conveniente no dejar de remover todo para que no se nos queme.

Una vez todo bien frito añadimos los huevos sin batir y los rompemos revolviéndolos con el calabacín y la cebolla ya fritos. En esta fase no dejamos de remover hasta que el huevo cuaje y se empieze a desgranar el revuelto. LLegados a este punto y como el calabacín puede que aún suelte agua se vacia el zarangollo en un plato ligeramente inclinado para que escurra el agua que quede.

Una vez que ha escurrido bien todo el agua se elimina todo ese agua inclinando el plato sobre el fregadero mientras se sujeta el zarangollo con la espumadera. Una vez libre del agua se traspasa al plato definitivo y se presenta con una ramita verde.

Es un plato digestivo para cualquier momento del año y esta mucho mejor si se deja enfriar…. Se puede guardar en el frigo si sobra y está aún mejor al día siguiente. Ojo con la sal… es un plato de aroma delicado y si nos quedamos cortos de sal queda soso y si nos pasamos arruinamos el plato…. hay que practicar hasta encontrar el toque…. 

Nos vemos…..un abrazo.